La sierra madrileña ofrece innumerables opciones de exploración adaptadas a todos los niveles.
A sus 50 años, José Arnaldo, informático de profesión, se conoce La Pedriza como la palma de su mano. La primera vez que subió allí tenía siete años, y desde entonces no ha dejado de recorrer esta y otras zonas de la sierra madrileña. “Subo todos los fines de semana una o dos veces, y en verano aprovecho la jornada reducida y me escapo también por las tardes”, dice Arnaldo, quien en los últimos años ha notado una creciente popularización de los deportes de montaña en la zona. “Cada vez hay más gente que elige un tipo de ocio que le permite estar en contacto con la naturaleza, y la sierra de Madrid reúne las condiciones perfectas para hacerlo”, asegura.
La Comunidad de Madrid se caracteriza por tener, pese a sus reducidas dimensiones, uno de los ecosistemas más ricos y variados de España. Sus tres parques regionales (Cuenca Alta del Manzanares, Sureste y Guadarrama) y el parque nacional de la Sierra de Guadarrama albergan, a su vez, hasta nueve espacios naturales protegidos, gestionados por el Gobierno regional, que, a través de la página web Sendas de Madrid, facilita todo tipo de información para recorrerlos. “Existen muchos tipos de rutas, algunas muy accesibles y sencillas, como la de Peñalara, que puedes hacer con los niños sin ningún problema”, apunta Arnaldo, que suele también realizar caminatas en compañía de su hija Muriel, de nueve años.
El público familiar tiene a su alcance una serie de actividades específicas organizadas por la Red de Centros de Educación Ambiental de la Comunidad. “Tenemos una programación trimestral, en la que combinamos talleres, seminarios y visitas con rutas de senderismo que tratan de valorar el entorno natural de la región”, explica Alberto Alonso, de la Dirección General de Medio Ambiente. Las actividades son gratuitas y se realizan en fines de semana y días festivos, aunque la Comunidad también trabaja con la red de centros escolares y programa excursiones durante el curso. “En la Comunidad existen ocho centros de educación ambiental, que también sirven de punto de información para los senderistas”, añade Alonso.
Preguntado por sus espacios abiertos favoritos, José Arnaldo recomienda hacer un recorrido por los chorros del Manzanares, “una secuencia de cascadas que con el deshielo están ahora a rebosar”. Otra ruta recomendable para esta época del año es la Senda del Genaro, una ruta circular que bordea el embalse de El Atazar y que transcurre por los municipios de El Berrueco, Patones de Arriba, El Atazar, Robledillo de la Jara, Cervera de Buitrago y Manjirón. Desde el mes de abril, la Comunidad de Madrid, en colaboración con la Asociación de Amigos de los Caminos de Santiago de Madrid, ofrece rutas preparatorias para realizar la Ruta Jacobea. “Se trata de jornadas de dos días (sábado y domingo) por estos parajes, que presentan una orografía similar a la del Camino de Santiago. Con ellas se pretende entrenar física y mentalmente a los senderistas”, explica Jorge Martínez-Cava, presidente de la asociación. El precio es de 20 euros por persona, e incluye desplazamiento desde la capital, alojamiento, desayuno y cena, seguro, asesoramiento técnico y visita a los museos de la ruta. La última salida de esta temporada se realizará los días 9 y 10 de junio, pero la Comunidad asegura que volverá a programarlas a partir de septiembre.
Este sábado, desafiando las tormentas, se celebra el Día Autonómico del Senderismo, para el que se han organizado hasta nueve recorridos guiados por el valle de la Fuenfría, en la sierra de Guadarrama. Los interesados deben inscribirse a través de la página web de la Federación. El precio es de 15 euros por persona (cinco euros para federados), e incluye una comida en Cercedilla a la finalización de las rutas.
Seguridad ante todo
El senderismo es un deporte accesible y aparentemente sencillo, pero no por ello está exento de riesgos. “La gente tiende a banalizarlo y cree que puede echarse a la montaña sin preparación. Pero, como en cualquier deporte, el riesgo cero no existe. Por eso debemos tener en cuenta ciertos aspectos para evitar accidentes”, advierte Sevilla. Para escoger mejor los itinerarios según cuál sea nuestra condición física, la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada creó en 2002 el método MIDE, que consta de dos tipos de información: referencia y valoración. La primera describe la excursión: lugar de inicio y final del recorrido, puntos de paso intermedios, desnivel de subida y de bajada acumulado, distancia horizontal y época del año para la que se ha hecho la valoración. La segunda proporciona un valor numérico (del 1 al 5) considerando aspectos como la severidad del medio natural donde se desarrolla, la dificultad de orientación para elegir y mantenerse en el itinerario, el desplazamiento según los tipos de camino y el esfuerzo requerido para realizar la excursión. “No es obligatorio proporcionar la clasificación MIDE en las descripciones de las rutas, y en muchas de ellas no se muestra, pero desde la federación recomendamos este método a todos los senderistas, independientemente de su nivel de experiencia”, concluye Sevilla.
Este artículo fue publicado originalmente en El País en junio de 2018.